Una mermelada viva contiene todos sus vitaminas y minerales al maximo e incluso con la fermentación potenciamos sus beneficios. En esta versión que os enseño no es necesario utilizar espesante natural cómo chia o psyllium. Tienen muchas ventajas (fibra pura), pero pueden rebajar la intensidad de sabor de los ingredientes. Con la propia pectina de la fruta, un poco de miel cruda y con el truco de triturar la mitad del macerado conseguimos una textura de jam fenomenal y un gusto floral-frutal brutaaaal.
Ingredientes:
250gr de fresa
250gr de guinda (prunus cerasus), o también se puede utilizar cereza
2 cs de miel cruda
Pétalos de rosa damascena (se puede sustituir con pétalos secos ecológicos)
Elaboración:
Lavar, eliminar el hueso de la guinda/cereza y cortar la fruta en trozos grandes (1/2 o 1/4). Poner en un bol y mezclar con la miel.
Dejar macerar 24 horas a temperatura ambiente tapado con un paño de cocina.
El azúcar - en este caso la miel - actúa cómo la sal en caso del chucrut: extrae el jugo natural de la fruta.
Pasados los 24h triturar la mitad con una batidora de mano, volver a mezclar todo junto con los pétalos. Fermentar otro día más y ya está lista para comer.
Guardar en nevera y consumir en 3 días.