Os enseño uno de mis postres favoritos de verano: la tarta helada de labneh. Su secreto está en el limón a la sal, que aporta ese punto de frescor cítrico y combina de maravilla con el yogur. En días calurosos tampoco apetece encender el horno, así que utilizamos la técnica de remojo y activación de semillas, la batidora de mano/vaso y el congelador. Manos a la obra ;)
Ingredientes:
BASE
Para un molde de diámetro de 16cms con aro desmontable
4 dátiles medjoul remojados durante 12h
50gr copos de avena finos
30gr de mezcla de semillas remojados durante 12h (amapola, sésamo, lino, girasol y calabaza)
RELLENO
500gr de labneh (receta en el post anterior)
1/4 limón a la sal remojado durante 12h con abundante agua
2 cs de sirope de agave
Pistacho pelado sin sal y pétalos de rosa para decorar
Elaboración:
Eliminar las semillas de los dátiles, escurrir las semillas y triturar todos los ingredientes de la base con una batidora de mano hasta conseguir una textura cremosa.
Forrar el fondo del molde con papel de horno y repartir la mezcla con ayuda de una cuchara o con los dedos mojados. El grosor tiene que llegar a medio centímetro aprox.
Escurrir bien el limón y probar un trocito. Si sigue muy salado, cambiar el agua y dejar otras 3 horas a nadar. Batir los ingredientes de la crema y poner encima de la base. Guardar en el congelador hasta cuajar del todo (os recomiendo 1 noche).
Para desmoldar fácilmente pasar un cuchillo mojado con agua caliente por el borde.
Decorar con pistacho picado grueso y pétalos de rosa deshidratados. Romper con la mano en trozos grandes y al ataque!